Muchachos, ahora es la omnicanalidad
Entre los millones de tiktoks, reels, posteos y mensajes que vi en las últimas semanas, me encontré con esta foto que me dejó pensando:
El mundial mostró como pocos fenómenos contemporáneos el cruce constante e indisociable entre mundo digital y el mundo físico. Y no me refiero al evento en sí mismo, que desde hace ya muchos torneos es una mezcla muy sofisticada de espectáculo real (los mejores jugadores del mundo, los mejores estadios del mundo) con la tecnología (ahora incluso el VAR, que a tantos nos pone nerviosos).
Las celebraciones en Argentina, que congregaron a 3, 4 o 5 millones de personas (no importa, todo es demasiado), muestran que lo presencial es irreemplazable. Al menos hasta el momento, no existe una experiencia en el metaverso capaz de replicarlo. Sin embargo, el evento como tal fue transformado por las redes sociales, la comunicación instantánea y la era de la viralización. Los millones que cantaron "muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar" (viralizado por hinchas y luego por los jugadores argentinos) o que postearon en Instagram para decir "yo estuve ahí" o que chequeaban Twitter (y ya no la TV o la radio) para adivinar por dónde pasaría la caravana con los jugadores nos hablan de un mundo que es tan físico como digital.
Lo más parecido a esa masividad lo habíamos visto en las calles de Bangladesh y la India, donde por razones históricas complejas pero también gracias a Internet, la Selección Argentina es furor.
Otra vez: mundo físico y el mundo digital se cruzan para decirnos que el mundo cambió.
En el mundo de los pagos y el comercio existe una palabra que describe como pocas esa transformación: la omnicanalidad. Es el concepto que utilizamos para hablar de una oferta amplia, consistente e integral de opciones de pago para diferentes canales en diferentes ambientes. Dicho coloquialmente: estar en todos lados (como los mediocampistas argentinos, podríamos agregar).
Este contexto que vivimos nos obliga a entender muy bien esa relación entre lo físico y lo digital. Porque esa fusión ya ocurrió en la cabeza de las personas. Muy pocos hacen una búsqueda intuitiva en una tienda física. Antes, buscaron el producto online. O al revés: vieron el producto físico y luego van a buscar el mejor precio online.
Por eso, cada vez más, los comercios deben abrir sus opciones de cobro que incluyan soluciones para el mundo presente como así también para el mundo no presente, desde tarjetas de crédito, débito y QR hasta link de pago, tienda online, etc. La oferta de valor tiene que ser integral porque no estar en alguno de los dos ambientes hace que perdamos ventas. Indefectiblemente. A eso, precisamente, nos dedicamos en Geopagos. Desarrollamos tecnología con ese propósito: potenciar los pagos digitales para transformar la experiencia de compra y venta de millones de personas, así todos pueden tener la oportunidad de comprar y nadie pierda la oportunidad de vender.
Las personas que habitan el mundo digital tienen los pies en la tierra. Y viceversa. Esperan la mejor experiencia digital y la mejor experiencia de contacto real.
Como en el mundial, sufrimos y disfrutamos con nuestras familias y amigos, en Qatar, en casa o en las calles. Pero también con personas a miles de kilómetros de distancia en las pantallas de nuestros celulares. Especialmente con nuestros vecinos de la región. Porque el triunfo argentino es también un triunfo latinoamericano.