Cultura

Los sueños difícilmente se hacen realidad. Pero la realidad se hace con sueños

2 min
de lectura

Una vez me preguntaron si me quedaba algún sueño por cumplir con Geopagos. Y mi respuesta fue bastante intuitiva: el sueño es el mismo de siempre. Nunca se termina de cumplir. La pregunta me quedó resonando porque llevaba implícito un gran elogio -algo hicimos evidentemente- pero me ayudó a reflexionar sobre la magnitud de lo que nos propusimos hace más de 10 años cuando creamos Geopagos. Queremos revolucionar la industria de pagos en América Latina, dijimos. Y con semejante montaña por delante nos pusimos a trabajar. Ese sueño tenía una cuota de irracionalidad: ¿quiénes éramos nosotros para creer que podíamos hacer eso? Sin embargo, la idea era tan potente y confiamos tanto en el potencial que teníamos que fuimos para adelante. 

Pero la idea nunca es suficiente. Los sueños no se hacen realidad de un día para el otro. De hecho, nunca se hacen realidad tal como los soñamos. Steve Jobs lo dijo mejor que yo. Lo voy a resumir: “Existe una enfermedad de creer que una buena idea es el 90% del trabajo. El problema es que hay una enorme cantidad de trabajo entre una gran idea y un gran producto. A medida que evoluciona, esa gran idea cambia y crece. Nunca termina como empezó, porque aprendés mucho en cada sutileza y te encontrás con que hay que hacer enormes concesiones. Diseñar un producto es mantener 5.000 cosas en tu cerebro y combinarlas de diferentes formas hasta obtener lo que querés. Y cada día aparece algo nuevo. Un problema o una oportunidad diferente para combinar estas cosas de una forma distinta. Y es en ese proceso en donde está la magia”.

La historia de Geopagos refleja 100% lo que planteó Jobs. En cada uno de nuestros roles, emprender nos enfrenta a problemas y oportunidades que cambian lo que habíamos pensado originalmente. Lo que soñábamos. En el desarrollo de la infraestructura, en el diseño de una solución a medida para un cliente, en la salida a nuevos mercados, en las estrategias para incorporar nueva tecnología.

Con un agregado. Nuestros sueños son necesariamente compartidos. Porque trabajamos con clientes de cuyo éxito depende el nuestro. Nuestra rentabilidad está directamente relacionada a cómo crecen y por eso siempre creamos juntos. Soñamos juntos y apostamos por una cultura de servicio enfocada en cada uno de nuestros clientes.

Pero esta “magia del proceso” nos enfrenta a una pregunta crucial: si lo que hacemos no es lo que soñamos, ¿cuál es nuestra identidad? ¿qué es lo que nos define? Lo podemos decir de memoria: la calidad humana; nuestro espíritu emprendedor, nuestro expertise técnico y el conocimiento detallado del negocio de pagos de cada uno de los 16 mercados en los que operamos. Pero todo eso no alcanza para definirnos. Lo que nos define es, paradójicamente, nuestro esfuerzo permanente por concretar nuestra visión. Por cumplir nuestros sueños. Sabemos que eso no ocurrirá, pero lo que nos motiva es acercarnos. Porque sabemos que los sueños no se hacen realidad. Pero la realidad se hace con sueños.

Fuente:

Sebastián Núñez Castro

CEO | Co-founder

Publicado el

Jul. 10, 2024