¿Funcionará el sistema Buy Now Pay Later en Brasil?
Mientras que la mayoría de las fintech enfocadas en billeteras virtuales de América latina implementan el sistema de pago en cuotas, crecen las dudas sobre su éxito en Brasil. Al igual que en Argentina, los usuarios brasileros ya están acostumbrados al pago diferido en cuotas con tarjetas de crédito al tiempo que se necesita información mucho más precisa para evaluar el riesgo crediticio de los usuarios de las Fintech.
El sistema Buy Now Pay Later (BNPL) impulsado por las fintech podría convertirse en el nuevo boom del ecosistema de las empresas de base tecnológica enfocadas en sistema de pagos y billeteras virtuales. Para que eso suceda tienen que superar algunos obstáculos culturales y técnicos, sobre todo en Brasil que es el país de la región que de alguna manera marca el camino de la industria de pagos.
Las fintech han revolucionado la forma de entender, crear y prestar servicios financieros con la ultra segmentación de los productos y servicios. Así, aparecieron billeteras virtuales, QR, pagos digitales y Brasil como la Argentina se transformaron en líderes regionales con mayor penetración en el uso de este tipo de herramientas. Pero, además, estas compañías introdujeron el sistema de pago conocido como BNPL que permite aplazar compras y dividir el costo en cuotas sin gasto adicional ni aprobación de una entidad financiera externa.
En 2021 esta modalidad de pago representó el 2.9% de las transacciones globales de comercio online y se prevé que para 2023, alcance un 9% del gasto total en e-commerce y sume en un futuro hasta el 81.2% de usuarios, de acuerdo con el informe anual “Global payments report” de WorldPay. En países de América Latina como Chile, Perú, Colombia, México y Ecuador se estima que el crecimiento de BNPL puede ser mayor que el promedio global.
Este sistema tiene dos grandes obstáculos en Brasil, uno cultural y otro más relacionado a la oportunidad que genera el open banking, modalidad que permite a los usuarios ser dueños de sus datos y les da la posibilidad de relacionarse con cualquier institución financiera, permitiendo que éstas utilicen estos datos para entregarles una amplia gama de servicios de forma más eficiente que la banca tradicional).
Veamos: el consumidor brasileño tiene totalmente incorporado el hábito de usar las cuotas para todas las compras, incluso las de montos pequeños. Tanto los comercios como las entidades financieras que otorgan tarjetas de crédito han hecho un gran trabajo en este sentido y el sistema es clave para generar consumos.
De esta manera el ecosistema de pagos brasilero (los agregadores, adquirentes, las marcas y los emisores) sabe trabajar con esta modalidad, que puede ser con interés (cuando el comercio recibe en un día y el comprador lo abona en cuotas mensuales) o sin interés (cuando el comercio y el comprador se acuerdan recibir y pagar en la misma cantidad de cuotas, en general mensuales). En este escenario en BNPL no es una novedad ni un cambio radical para los consumidores de Brasil que están bancarizados.
Por otro lado, el alto uso del pago en cuotas con tarjetas de crédito se logró en gran medida porque las entidades financieras tradicionales evalúan con mucha precisión el riesgo crediticio de sus clientes y ofrecen tranquilamente este sistema. Esto se debe a que conocen el historial de compras, el perfil financiero y muchos otros detalles de cada cliente, información que guardan celosamente en sus bases de datos.
Las compañías con modelos de BNPL pueden otorgar financiamiento al segmento de personas que no cuentan con antecedentes crediticios, porque acceden a otras fuentes de información al historial crediticio. Representa una gran oportunidad para los jóvenes de la generación Z y para todas las personas sin historial crediticio o fuera del sistema financiero. Y aquí, donde radica su principal fortaleza está también la principal debilidad.
Todas las fintech usan un algoritmo propio para determinar el riesgo crediticio de sus clientes. Es decir, no tienen en cuenta todo el historial de compras y perfil financiero que construyó la banca tradicional a lo largo de los últimos años. Esta característica todavía no es una virtud, sino más bien una debilidad porque las pérdidas que puede ocasionar un error en el cálculo pueden ser determinantes en el futuro de la compañía.
Por el contrario, cuando el programa de open banking esté completo en el sistema brasilero y las fintech accedan a información estructurada sobre el riesgo crediticio de los usuarios que hoy está en manos de los bancos tradicionales, la realidad será otra. Mientras tanto el futuro del BNPL es una incógnita, al menos en Brasil.